viernes, 30 de marzo de 2012

MOZAMBIQUE: Historias sobre mujeres victimas de violencia


Marcha de mujeres en Mozambique

15 Marzo 2012

María era sólo una adolescente cuando su familia la forzó a casarse y a aceptar una vida de violencia a manos de su marido. Después de una tentativa de suicidio, entró en contacto con la organización LeMuSiCa que da refugio y apoyo a las supervivientes de violencia en la ciudad de Chimoio, Mozambique. Poco a poco María recobró su salud, su sonrisa y su autoestima, y hoy es una de las miembros más activas y edificantes del grupo.

Otra joven, Betinha, recibía palizas de su marido que la culpaba de su condición de seropositivos. Encontró esperanza y logró recuperarse gracias a Nhamai, una organización sin afán de lucro en la Provincia de Maputo, que ofrece refugio y otros servicios de ayuda. Nhamai asesoró y dio apoyo psicosocial a la pareja y ambos están recibiendo asistencia juntos.

Las mujeres y las niñas se encuentran entre los grupos más desfavorecidos de Mozambique y son extremadamente vulnerables a la violencia. A menudo se espera que las niñas se casen, tengan hijos y se hagan cargo de las tareas domésticas y agrícolas cuando todavía son muy jóvenes. Además, como tienen menos educación y más limitaciones para acceder a los servicios y la ayuda, siguen dependiendo en gran medida de los hombres. Según los datos obtenidos por una encuesta nacional hecha en 2004, más del 50% de las mozambiqueñas son víctimas de violencia por parte de un compañero íntimo. Organizaciones como LeMuSiCa y Nhamai dan servicios fundamentales que las ayudan a salir de esa situación de abusos. En las provincias de Maputo y Chimoio, que conjuntamente tienen casi un millón y medio de habitantes, éstas son las únicas organizaciones de este tipo.

Nhamai fue fundada por Cecilia Tembe, una mujer que había sido víctima de violencia y que se dio cuenta que las casas comunitarias eran esenciales para ayudar a las mujeres a salir y lidiar con una relación violenta. La ONG ofrece refugio de emergencia y apoyo legal y psicosocial a las mujeres y los niños que han sobrevivido a la violencia. También hace participar a los líderes tradicionales locales en la resolución de los casos violentos y ofrece una formación a las mujeres en materia de derechos humanos. Recientemente, con el apoyo de la Red de Hombre a Hombre, inició un proyecto que ayuda a los hombres a prevenir y responder a la violencia contra las mujeres.

LeMuSiCa también ofrece refugio, apoyo psicosocial y médico y tiene más de 400 mujeres en su programa de terapia. Da servicio a huérfanos del VIH y a mujeres y niños supervivientes de la violencia, además de ofrecer acceso a asesoría legal. El personal también se ocupa en promover el diálogo entre hombres y mujeres, ya que considera que la participación de los hombres es esencial para prevenir la violencia.

Ambas organizaciones trabajan para dar a las mujeres acceso y formación sobre micro proyectos en sus comunidades, como por ejemplo, formación en la gestión de pequeñas empresas. La dependencia económica, dice Tembe, es un obstáculo importante para las mujeres que están tratando de salir de una relación abusiva. “Queremos dar a esas mujeres una profesión, darles las herramientas para planificar sus vidas y mantenerse solas económicamente”, explica.

Las dos organizaciones han recibido apoyo de ONU Mujeres desde 2009. Teniendo como prioridad el desarrollo de capacidades, los proyectos han permitido al personal participar en los intercambios y tours de estudio a centros similares en países desarrollados y en desarrollo, como por ejemplo a la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en 2009 y a Differenza Donna, Italia, en 2010. Miembros del personal tanto de Nhamai como de LeMuSiCa participaron en el viaje de 2010, en el que aprendieron sobre otros mecanismos para proveer servicios a las supervivientes y nuevas técnicas, como por ejemplo, para asistir a los niños víctimas de violencia. Para muchos participantes, estos viajes fueron el primer acercamiento a la operación de otros refugios.

Cecilia Tembe y Achia Camal Mulima Anaíva, quienes dirigen los programas de refugios Nhamai y LeMuSiCa respectivamente, se unieron a 1.500 defensores y proveedores de servicios en la 2ª Conferencia Mundial de Refugios para Mujeres que se celebró en Washington DC, bajo el patrocinio de la Red Nacional para poner fin a la violencia doméstica (NNEDV por sus siglas en inglés), del 27 de febrero al 1º de marzo. La conferencia fue una oportunidad única de oír las opiniones de mujeres como ellas que están trabajando para marcar una diferencia duradera para cada una de las mujeres y para sus comunidades.

ONU MUJERES: Las leyes a favor de las mujeres se afianzan en Pakistán


Las mujeres en Pakistán se han enfrentado a enormes retos en sus esfuerzos por alcanzar la igualdad de género y luchar contra la violencia de género en su país, particularmente en lo referente a problemas específicos presentados por las normas y prácticas tradicionales. Sin embargo, en los últimos años, importantes adelantos en materia de leyes a favor de las mujeres han mostrado que los esfuerzos del gobierno de Pakistán y de los grupos defensores del empoderamiento de las mujeres en el país están dando resultados.

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el Presidente de Pakistán aprobó el proyecto de Ley 2012 de la Comisión Nacional sobre la condición jurídica y social de la mujer, que le ha otorgado a la Comisión nueva autonomía financiera y administrativa y, por consiguiente, mejor alcance para investigar las violaciones de los derechos de las mujeres. Un año antes, la Ley de prevención de prácticas contra las mujeres pasó a formar parte de la jurisprudencia nacional, reconociendo explícitamente las prácticas tales como la violencia con ácido, los matrimonios forzados y los denominados “asesinatos por honor” como actos criminales, y otorgando protección y acción legal para las víctimas.

La Ley de control de ácidos y de prevención de los crímenes con ácido (Enmienda) fue aprobada por el Senado en diciembre de 2011 y, por primera vez, se ofrece orientación sobre cómo el Estado debe castigar a los culpables y apoyar a las víctimas de este violento crimen de género. Las mujeres ahora también están mejor protegidas del acoso sexual en el trabajo y de la violencia doméstica desde que se adoptaron leyes sobre esos temas en 2010 y 2011 respectivamente. Con el fin de garantizar que las leyes de acoso sexual se incorporen estructuralmente al sistema, existe un código de conducta que es observado por un comité especial establecido por la Comisión Nacional sobre la condición jurídica y social de la mujer en 2010 y que está compuesto por representantes del gobierno, de la sociedad civil y de ONU Mujeres.

Apoyando a los legisladores y cambiando la mentalidad de las personas

En todos estos procesos legislativos, ONU Mujeres ha trabajado con las ONG locales para analizar los temas, facilitar consultas entre los expertos y la sociedad civil y redactar proyectos de leyes. Se ha llevado a cabo diálogos, mesas redondas, formaciones y seminarios sobre los temas y las obligaciones relacionadas con la igualdad de género. Se ha hecho participar a los que trabajan en el ámbito nacional como los parlamentarios, y a los que hacen cabildeo desde el exterior.

Estas plataformas han dado origen a estrategias de promoción y a diálogos con las partes que aún tienen reservas, a fin de fomentar una mejor comprensión de la necesidad de cambiar. Por su parte, los expertos de ONU Mujeres se han esforzado por garantizar que los proyectos de ley sean acordes a las mejores prácticas y estándares internacionales, así como por capacitar a los participantes y monitorear las leyes cuando éstas son aprobadas.

Estas leyes tienen más probabilidades de ser respetadas si se cambia la mentalidad y los estereotipos de modo que reflejen mejor la igualdad y la no discriminación. Con el fin de involucrar a las personas con los compromisos del país para poner fin a la violencia de género, ONU Mujeres lanzó en Pakistán en 2011 la Campaña un millón de firmas durante los 16 Días de activismo que organiza anualmente la ONU. La campaña se hizo conjuntamente con las organizaciones de la Alianza para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, y fue la primera de esta magnitud sobre este tema. Se movilizó a 4.500 miembros de las comunidades y usuarios de los medios sociales, y a 1.500 mujeres líderes paquistaníes que consiguieron 700.000 firmas en apoyo a los objetivos de dicha Alianza. Se presentó igualmente Cartas de Demandas de 57 distritos a los parlamentarios. Las acciones hicieron participar a las mujeres en todo el país en tareas relacionadas con el empoderamiento, alentando el liderazgo entre las mujeres marginadas o haciendo campaña para mejorar la respuesta que da el sistema de justicia penal a la violencia de género.

Estos avances en la ley y en la promoción que la rodea han demostrado que existe un compromiso por alcanzar el empoderamiento de las mujeres en Pakistán a todos los niveles. Con mayor vigilancia, apoyo y empoderamiento de las redes de mujeres, se espera que estos éxitos se traduzcan en cambios reales y concretos para las mujeres de Pakistán.

jueves, 29 de marzo de 2012

ENTREVISTA: “La violencia contra la mujer es la reacción a su insubordinación”



Entrevista Graciela Di Marco
Graciela Di Marco es Socióloga, Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires y directora del Centro de Estudios sobre Democratización y Derechos Humanos (CEDEHU) y de la Maestría y Especialización en Derechos Humanos y Políticas Sociales en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

En su nuevo libro “El pueblo feminista”, la investigadora aporta una nueva categoría para abordar las relaciones entre mujeres y varones. En una entrevista concedida a la Agencia CTyS, la socióloga analizó cómo las mujeres piqueteras y de fábricas recuperadas de todo el país pelean por su ciudadanía.





Podría explicar el concepto de “pueblo feminista”...
A partir de lo que llamo “dislocación de la identidad femenina tradicional”, muchas mujeres de sectores populares comenzaron a participar, a reunirse y a organizarse. En ese movimiento, emerge el feminismo popular que, junto con el feminismo de clase media, posibilitó la aparición de una alianza entre diversos sectores sociales en torno a temas como la lucha por la legalización del aborto, que incluyó a varones y mujeres, y que día a día suma nuevos apoyos. Estos nuevos movimientos sociales, que se asocian en torno a demandas de nuevos derechos, son lo que llamo “el pueblo feminista”.

¿Qué es la dislocación de la identidad femenina tradicional?
Cuando las mujeres comienzan a participar en el espacio público, ya sea en los movimientos piqueteros o de las fábricas recuperadas, como es el caso que analizo, o en otros movimientos, esas mujeres, en un sentido figurado, no vuelven a su casa, ya que cuando un grupo subordinado participa y encuentra en esa participación su identidad, con el consecuente reconocimiento por parte de los demás, eso no se puede volver para atrás. Ahí se produce la dislocación de la identidad femenina tradicional.

La identidad colectiva se traspasa a la subjetividad de las mujeres...
En cierto modo, es lo mismo que ocurrió con las Madres de Plaza de Mayo, que no volvieron a ser las mismas una vez que se presentaron como tales ante la sociedad; algo cambió en su modalidad de presentarse frente al mundo, en su subjetividad. Esta nueva identidad combativa está latente en la cotidianeidad; si bien estas mujeres no están todo el tiempo enarbolando las banderas de la liberación femenina, ese cambio en la identidad produce profundas modificaciones en su subjetividad. Para muchos sectores subordinados, la práctica colectiva es la única posibilidad de producir cambios identitarios profundos en su subjetividad. En el caso de las mujeres piqueteras, el cambio se manifiesta en que tienen más orgullo de presentarse a sí mismas como militantes sociales que como madres que cuidan a sus hijos.

¿La mujer se involucra de forma diferente que un hombre en un piquete o un corte de ruta?
La mujer, además de poner el cuerpo al ir a la movilización, pone todo lo que tiene: lleva a sus hijos, porque alguien los tiene que cuidar, lleva la olla para darles de comer, y también socializa el cuidado de los chicos; en el acampe, este cuidado se vuelve colectivo: comen todos juntos, a los chicos los cuidan también los y las compañeros y compañeros, es decir, que están mucho más cuidados por el colectivo que lo que podían estarlo si los dejaban en el barrio.

Aparece la noción de la maternidad social...
Si, pero sin embargo, hay una diferencia con la noción de maternidad social, tal como la entendíamos en los ochenta, que era una maternidad que reclamaba al Estado; las Madres de Plaza de Mayo son representantes de esta maternidad. En el caso de las mujeres piqueteras, hay una dislocación de esa maternidad: cuando reclaman, desaparece la idea de justificarse por la maternidad, sino que son ellas mismas que reconocen su propio protagonismo y su deseo de militancia.

¿Qué pasa cuando esas mujeres vuelven a sus casas?
Estas mujeres a partir de su irrupción en lo público iniciaron, no sin muchas dificultades, algún tipo de mecanismo de negociación en lo privado, porque no puede haber democracia radical sin democratización de la vida privada, es decir, democratización de la familia. Ahora, las dificultades surgen porque quien está interesado en democratizar es el que no tiene acceso a algún recurso o beneficio de poder, en este caso, las mujeres. Esto se demuestra en cómo los varones se manifiestan sorprendidos porque estas mujeres populares, que tenían una forma subordinada de vincularse con ellos, están empezando a cambiar.

¿Cómo se reconfigura el patriarcado frente a estos avances de las mujeres?
En un momento cuando escribía el libro anoté: “¡Qué fuerte que es el patriarcado! Tiene una enorme capacidad de reconstruirse y de salir a la defensiva”. Lo interesante es que está a la defensiva, ya que pasa de un lugar de absoluto poder a enfrentar un desafío. En este sentido, la violencia contra las mujeres puede entenderse como reacción del patriarcado frente a ciertas insubordinaciones femeninas de distinta índole; en este sentido, la violencia se ejerce como una práctica disciplinante.

Usted analiza la participación de mujeres en fábricas recuperadas y movimientos piqueteros. ¿Cuáles son las principales distancias y cuáles los puntos de encuentro entre estas dos formas de participación femenina?
La primera diferencia es demográfica. En el “Programa Jefes y Jefas de Familia”, que es el que propicia el surgimiento de los movimientos piqueteros, el 70 por ciento de las desocupadas eran mujeres, mientras que en las empresas recuperadas la mayoría eran hombres. Por otro lado, hay una constante que es la sorpresa por la participación de las mujeres en las luchas sociales. Por ejemplo, en el caso de las fábricas recuperadas, los obreros se sorprendían que las mujeres que trabajaban en la empresa quisieran defender su lugar de trabajo y se quedaran en la toma; los líderes varones no esperaban esa reacción. Si bien muchas trabajadoras no participaron de los movimientos debido a presiones familiares, las que se quedaron generaron una nueva visibilidad para las mujeres. Todos los trabajadores tuvieron la oportunidad de ser protagonistas en la recuperación de las empresas, pero eso se notaba mucho más en las mujeres.

¿Cómo se modificó la división sexual del trabajo al pasar de la organización empresarial al cooperativismo?
El hecho de que una empresa comercial comenzara a funcionar como una cooperativa de trabajo implicó que muchas mujeres cambiaran su lugar de trabajo, lo que condujo a un cambio en la división sexual del trabajo. Así, por ejemplo, una empleada de limpieza pasó a ocupar un lugar en la línea de producción. Hubo algunos cambios mínimos pero importantísimos para las mujeres, porque significaron que empezaran a cobrar lo mismo que los hombres. Tanto el que accedieran a otro puesto de trabajo por necesidades de producción como que ganaran lo mismo que los hombres supuso una mayor equidad para las mujeres.

¿Cómo funciona esta lógica en el caso del movimiento piquetero?
El movimiento piquetero evolucionó mucho con el correr de los años y las mujeres han ido logrando mejorar su condición dentro de las organizaciones y tener sus propios espacios. Sin embargo, al comenzar, las conducciones eran mayoritariamente masculinas y por ahí tenían en alguna comisión a alguna mujer. En cuanto a las tareas que realizaban, por ejemplo en lo referido a la seguridad en los cortes de calles, aún haciendo lo mismo que los hombres, lo que las mujeres ponían en juego era muy distinto. Los dos se sentían importantes porque estaban en primera fila. Hablaban de que eran ágiles, que sabían correr, pero las mujeres hablaban del cuidado, algo que no mencionaban los hombres. Una misma actividad puede ser representada desde el punto de vista subjetivo de varón y mujer de una manera diferente. En el caso de los varones esta era una tarea que hacían siempre; para las mujeres era un nuevo campo de acción.

¿Por qué para analizar a los movimientos feministas entrevista tanto a mujeres como a varones?
El análisis desde una perspectiva de género, implica no la perspectiva de las mujeres sino las relaciones de poder entre los géneros. Una postura universalizadora analizaría las prácticas y demandas de un movimiento social como un todo, sin observar los matices de género dentro de las mismas. Por otro lado, si hubiera observado solo lo que hacían las mujeres, tampoco habría podido construir una perspectiva de género. Por eso, mi trabajo se basó en el análisis de los discursos tanto de los hombres como de las mujeres.

Entrevista realizada por María Florencia Alcaraz y Javier D’Alessandro


miércoles, 21 de marzo de 2012

CHILE: Estado chileno, condenado por la CIDH por caso de jueza Karen Atala

Jueza Karen Atala Riffo volverá a sonreír.
Sentencia se da en ejercicio de la CIDH de sus atribuciones y en cumplimiento de sus deberes conforme a la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Chile deberá pagar una indemnización de US$ 60 mil, por daños "material" e "inmaterial" a la jueza Karen Atala Riffo, a quien la justicia de ese país le arrebató a sus hijas por su condición de lesbiana. Así lo determinó una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por violaciones a la Convención Americana de DD.HH.

La sentencia indica que el Estado de Chile es responsable por la violación del derecho a la igualdad y la no discriminación consagrado en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio de Atala Riffo y de las niñas M., V. y R. (iniciales de las menores).

El fallo afirma además que el Estado chileno es responsable por la violación de derecho a la vida privada, del derecho a ser oído en relación a Atala y de las niñas M., V. y R.; así también por la garantía de imparcialidad respecto a la investigación disciplinaria, en perjuicio de Atala Riffo.

La CIDH señaló que Chile "debe brindar, la atención médica y psicológica o psiquiátrica gratuita y de forma inmediata, adecuada y efectiva, a través de sus instituciones públicas de salud especializadas a las víctimas que así lo soliciten".

Actos públicos, reconocimientos e indemnización

La Corte señala que el Estado chileno deberá organizar un acto público de reconocimiento “internacional” por los hechos del presente caso y en el "plazo de 6 meses" las publicaciones indicadas en la sentencia.

También estará en compromiso de implementar “programas y cursos permanentes de educación y capacitación dirigidos a funcionarios públicos a nivel regional y nacional y particularmente a funcionarios judiciales de todas las áreas y escalafones de la rama judicial".

La condena implica un pago de indemnización “por daño material e inmaterial” y “por el reintegro de costas y gastos”, junto con, dentro del plazo de un año, a partir de la notificación, "rendir al Tribunal un informe sobre las medidas adoptadas para cumplir con la misma".

Así, el Estado chileno deberá pagar US$ 10 mil por los gastos ya realizados en "atención médica y psicológica" y por daño inmaterial deberá cancelar US$ 20 mil a Atala y US$ 10 mil a cada una de las niñas afectadas.

El documento finaliza precisando que la Corte está en permanente supervisión al cumplimiento íntegro de la sentencia y dará por concluido el caso cuando el Estado chileno haya cumplido a cabalidad el fallo. (con información de lanacion.cl y tuits de @ronaldgamarra)

 

sábado, 10 de marzo de 2012

MEDIO ORIENTE: Los derechos de las mujeres en Oriente Medio y Norte de África siguen estancados




Ya somos
12.145 firmantes

Manifestándose en la calle, organizándose o denunciando la represión en Internet, las mujeres han sido clave en la llamada ”primavera árabe”, desafiando los convencionalismos y ejerciendo su derecho a la libertad de expresión y reunión.

Como líderes y agentes del cambio en los levantamientos, han asumido los mismos riesgos que los hombres al exponerse a abusos cometidos por el Estado. Han sufrido hostigamiento, acoso, torturas y malos tratos, como agresiones sexuales y amenazas de violación, relacionados específicamente con su condición de mujeres; un caso muy notorio fueron las “pruebas de virginidad” a las que fueron sometidas algunas manifestantes en Egipto.

Además, siguen siendo discriminadas en numerosos ámbitos de su vida, por ejemplo:
  • En Yemen, las mujeres carecen de libertad para casarse con quien deseen, y algunas son obligadas a contraer matrimonio cuando son menores de edad, a veces con tan solo ocho años.
  • En Arabia Saudí las mujeres no poder viajar, tener trabajos remunerados, recibir educación superior ni casarse sin el permiso de un tutor varón. Tampoco pueden conducir, aunque tengan permisos internacional con los que sí pueden hacerlo en en otros países.
  • En Egipto se practica la mutilación genital femenina y está prohibido el aborto, incluso en el caso de mujeres y niñas sobrevivientes de violación e incesto, o de embarazos que entrañan grave riesgo para la salud. Su representación en el Parlamento es incluso menor ahora que cuando Hosni Mubarak presidía el país.

Es hora de que esos cambios garanticen también sus derechos. Con tu apoyo es posible: las “pruebas de virginidad”, por cuya abolición Amnistía Internacional hizo campaña, son ahora ilegales en Egipto; además hemos contribuido a la liberación de diferentes activistas, como la poetisa Aayat Hasan Yusuf Mohmed Alqormozi en Bahrein, Manal al Sharif en Arabia Saudí o Hanadi Zahlout en Siria. Pero queda un largo camino por recorrer.
¡Actúa!
Rellena tus datos para que enviemos un mensaje en tu nombre ( leer ) a las autoridades de Egipto, Bahrein, Arabia Saudí y Yemen (el mensaje contendrá tu nombre, apellidos y correo electrónico).
Excelentísimo Señor,
Le escribo porque me preocupa enormemente la situación de los derechos humanos de las mujeres y niñas en su país.
En los recientes acontecimientos relacionados con la "primavera árabe" se ha puesto de manifiesto el llamamiento de las mujeres para que se ponga fin a la discriminación de género en todos los ámbitos de la vida pública, política y social.
Apoyo firmemente las reivindicaciones de las mujeres a favor de la igualdad, y le solicito que el gobierno de su país las escuche y ponga fin a la discriminación de que son objeto:
- asegurando que las mujeres tienen igualdad de derechos en cuanto a la participación política y la toma de decisiones
- reconociendo en la legislación su igualdad de derechos en cuanto a, entre otras cosas, el matrimonio, el divorcio, la custodia de los hijos y la sucesión
- protegiendo a las mujeres jurídicamente frente a la violencia de género, incluido el acoso sexual, la violencia intrafamiliar y la violación conyugal
- adecuando todas las leyes, prácticas, políticas y procedimientos en conformidad con las normas del derecho internacional y de los derechos humanos.
Atentamente,

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